Hola amigos.
Espero hayan tenido un gran fin de semana en familia, nosotros la pasamos genial con nuestra salida ecológica canina en Guasca, perros, naturaleza, aire puro, en fin, un domingo muy rico de compartir y conocer gente nueva.
Hoy quiero hablar de los mensajes que transmitimos nosotros «entre líneas», a través de nuestras acciones y actitudes, para lo cual, citaré un ejemplo de la vida real y como siempre lo trasladaré a su equivalente con nuestros perritos.
Imaginen que tienen un hijo de 5 a 7 años, van por el centro comercial, rumbo a casa de su hermano, digamos a un almuerzo; pasando por las vitrinas, el niño ve un hermoso robot que capta toda su atención y te pide que ingresen al almacén para verlo y probarlo, a lo que accedes sin problema; una vez el agregado del almacén muestra todas las funciones del juguete, tu niño te pide que lo compres para el, a lo que replicas no haber llevado dinero para hacer la compra, y ese, es el detonante para el inicio de un bochornoso espectáculo en donde tu hijo rompe a llorar, tirándose al piso y grito en garganta te dice «quiero que me compres mi jugueteeeeee!!!» Aunque de golpe no les ha pasado, es bastante probable que en algún momento de sus vidas hayan visto alguna de esas incómodas situaciones.
Pero aquí, no para la historia, tú al verte presionado socialmente por tu hijo y por no parecer un desalmado padre ante los demás, corres a casa de tu hermano y le pides que te preste el dinero para comprar el juguete al niño.
Conclusión: Cada vez que tu hijo quiera algo, sabrá que solo basta con tirarse al piso, zapatear un poco y llorar para que tu accedas a lo que el demanda. ¿Te suena familiar?, no con tu hijo, ¿tal vez, con tu perro?
En este punto, te invito a revisar, si de pronto estas enviando este tipo de mensajes «entre líneas» a tu perrito, cada vez que él pretende lograr algo contigo, como sacarlo al parque, una galleta, su juguete, entre otros, recuerda y ten siempre presente que él (tu perrito) fue el último en llegar a tu hogar y tú, le estas dando la oportunidad de compartir ese espacio con él, lo que significa, que es él quién debe adaptarse a tu estilo de vida y no al contrario y los límites y normas del hogar los defines tú y solo tú.
Tenlo en cuenta y te garantizo que poco a poco llegarás al punto de vivir una maravillosa experiencia con tu mejor amigo.
Hasta la próxima.